NUTRISCORE
Un semáforo contra la obesidad ¿confuso?
El sistema NutriScore de etiquetado de los alimentos es un código de color similar a un semáforo, que permite a los usuarios distinguir de manera muy fácil los alimentos procesados como aptos en color “verde”, o menos aptos o menos recomendables en color “rojo”, pasando por el amarillo y el naranja. Además, también llevaran de la letra A (para los más interesantes) a la E (los más perjudiciales).
Lo primero y más importante, es saber que todos los alimentos frescos y que los nutricionistas consideramos “comida real”, no van a llevar este etiquetado. ¿Por qué? Pues es fácil: su consumo es siempre más favorable que el de comida procesada.
¿Este etiquetado es positivo?
Pues en principio, este etiquetado va a ser positivo, ya que la industria alimentaria tendrá que ponerse las pilas. Si alguno de sus productos ahora mismo se va a catalogar con la letra E y el color rojo, muchos consumidores dejarán de comprarlo, por lo que las empresas se implicaran y formularán esos productos con menos azúcar, grasas o sal.
El mayor beneficio para la salud del etiquetado NutriScore se va a obtener a la larga, porque las industrias tendrán que reformular sus productos para obtener una mejor puntuación y, con ello, más confianza del consumidor y por tanto ventas.
¿Puede llevar a confusiones en el consumidor?
Probablemente. Y ya se están produciendo. No puede ser que un aceite de oliva virgen tenga una puntuación de C por su contenido en grasa y sus calorías, y que una coca cola 0% por su contenido en calorías tenga una puntuación de B. En este caso, los productos sólo van a poder distinguirse dentro del mismo pasillo.
De hecho, el propio ministerio de Sanidad ha zanjado esta polémica en un plazo récord al verificar que en efecto, y en el caso que acabamos de mencionar, había una gran confusión entre los consumidores y en general en el propio sector del aceite. La consecuencia es que el aceite de oliva no llevará este código de NutriScore. Es más, el semáforo no se implantará en determinados productos, como los que solo llevan un ingrediente (miel, etc.).
Probablemente, y de aquí a un tiempo, por la cantidad de críticas que se están produciendo en otros casos, se revise este sistema de codificación y no se catalogue a los alimentos por el contenido en calorías, grasa, azúcar (tanto si lo llevan intrínsicamente como si es añadido), y se tenga también en cuenta su efecto en el organismo.
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